via romana II

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OTROS RESTOS ROMANOS.
En las inmediaciones del mausoleo de los Atilios, popularmente conocido como "Altar de los Moros", se hallan, hacia el dique de la estanca de la Bueta, abundantes ruinas de lo que fueron edificios de envergadura, como se desprende del grueso y longitud de sus paredes y de las dimensiones de losas y sillares, como las medidas de los tambores de columna que por el suelo quedan.
También es posible, casi cierto, que pasara cerca una vía romana de gran importancia, como una carretera nacional. Se trata de la calzada que va desde Tarragona, capital de provincial, hasta Astorga. A esta calzada pertenecen los tres miliares que se han encontrado en Sádaba. Un miliar es una columna de piedra que indicaba las millas romanas del camino, generalmente llevan inscripciones que hacen referencia a la calzada y a la época, o emperador que construyó la vía.
Uno de estos miliares, que estaba en la "Pardina", está en Madrid en el Museo de Arqueología Nacional, otro se encuentra en el Museo de Pamplona, y el último está en la casa de un vecino de Sádaba.
Esta calzada cruzaba el Gállego por Puendeluna, se adentraba en las Cinco Villas y, pasando por Biota y Farasdués, se adentraba en Navarra por Sofuentes.
En Sádaba quedan restos en:
Val de Bañales junto a las peñas de "Dios y Ayuda", muy deteriorada por el barrando de dicha val.
Otro en el Alto de la Pardina donde todavía se pueden ver restos de dos tramos.
Si se unen estos dos puntos, no cabe suponer que seguían por corral de José Angel hasta cruzar el río por la tejería, subir al Altar de los Moros y por detrás de Puy-Almanar al alto de la Pardina.
De esta saldrían otras secundarias que conducirían a los Bañales, la Sinagoga, la Torraza, el Saso de Juan Cervera, es decir los puntos donde hoy podemos encontrar restos romanos.
También encontramos en Sádaba, en la carretera de Sos Km 69-70, un dique romano de aprovechamiento de aguas para regadíos agrícolas. Estaba hecho de buenos sillares, algunos almohadillados. La obra captaba el agua de una serie de barrancos, que confluían naturalmente encima del dique.
El frente de la edificación era de 21 metros y medio de longitud, con un grosor de unos dos metros, siendo su altura máxima conservada de unos tres metros, pudiendo haber sido mayor.
Las medidas de los sillares son típicamente romanas. En uno de sus ángulos se habían colocado grapas, posteriormente a su construcción, para sujetar algunos sillares que mostraban tendencia a agrietarse, posiblemente por presiones internas de la masa del líquido.
La parte frontal albergaba los desagües, en número de dos, que eran regulables según la voluntad del hombre, por medio de un conjunto de compuertas que no quedó. Su cronología es del siglo II. D.C., posiblemente hacia la mitad. La construcción fue lamentablemente destruida por trabajos de nivelación de los terrenos, para su mejor aprovechamiento agrícola en 1.974.

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