breve historia burocrática del salto del lobo y la oposición del ingeniero SUSIN para llevar aguas a los monegros

Recuperación de concesiones hidroeléctricas del Bajo Gállego
Históricamente el río Gállego se utilizó para mover molinos en Biescas,
Anzánigo, Yeste, Molinaz, el castillo de la Ballesta, Puendeluna, Marracos
y otros (PALLARUELO, 1994). Esta milenaria molinería hidráulica desaparece
a comienzos del siglo XX sustituida por la movida con hidroelectricidad,
que permite liberarse de la proximidad a los cauces, incluidos sus efectos
destructores, y la variable hidrología fluvial.

En el Gállego, desde principios del siglo XX se construyen los primeros
sistemas de azud, canal y salto. El primero fue el Salto del Lobo, al que
siguieron la Hidroeléctrica de Huesca, fundada en 1903, y la central de Carcavilla
(Teledinámica del Gállego), en 1904, que acabarán unidas, años más
tarde, en Eléctricas Reunidas de Zaragoza (ERZ).
La historia del Salto del Lobo se presenta en la Revista Ilustrada de Banca,
Ferrocarriles, Industria y Seguros (25 de junio de 1902: 297-299), donde
se cita a los ingenieros Bellido, Checa y Fernández de Navarrete. El primero
figura como presidente de Fuerzas Motrices del Gállego, adquirientes del
Molinaz en 1901 (ALASTUEY y CUCHÍ, 2016). Según la Comisaría de Aguas
del Ebro (CAE, 1979), la petición del Salto del Lobo la realizó Antonio Fernández
de Navarrete y Hurtado de Mendoza, el 27 de julio de 1900, para un
caudal de 15 m3/s, quien contaba con el consentimiento de José Querol y
José Estallo, propietarios de los molinos de Puendeluna y Marracos, así
como de Mariano Rocatallada, propietario de terrenos. En la información
pública se personaron José Riuén y Manuel Alastuey, usuarios de la acequia
del molino de Puendeluna, y José Palomar Mur propietario del castillo de
Rosel. Las alegaciones fueron desestimadas y el 14 de diciembre de ese año
se otorgaba la concesión. El acta de reconocimiento final se levantó el 17
de febrero de 1905. El 12 de febrero de 1944, se realizaba expediente de
transferencia a favor de ERZ, manteniéndose el caudal máximo de 15 m3/s.
En 1942, ERZ había presentado un proyecto de mejora, relacionada con
una petición de aprovechamiento integral del Gállego realizada por Nicolás
Monterde Aspes. Alguna información complementaria sobre este plan aparece
en CEDEX (1960), donde se indica que el expediente había sido promovido
por Antonio Marcén Nasarre y que solo se le concede un salto en
Gurrea de Gállego. Volviendo al Salto del Lobo, en 1975 se legalizó el cambio
de maquinaria realizado en 1947, al tiempo que se solicitaba otra modificación
más moderna redactada por Conrado Sancho Rebullida. En instancia
personal remitida al ministro de Obras Públicas en septiembre de 1975,
Susín se opone otra vez a la concesión de esta central, entonces en trámite,
por entender que todos los sobrantes del Aragón se deberían dedicar a completar
la deficitaria dotación del canal de Monegros.
Evidentemente, este uso hidroeléctrico así como los de riegos del Bajo
Gállego tenían prioridad sobre los usuarios posteriores. Por tanto, como una
forma de obtener más caudales para RAA, el Plan Susín hace hincapié en
el rescate estatal de concesiones hidroeléctricas, especialmente, por debajo
de Ardisa como el Salto del Lobo y la central de San Mateo (Electra
Camarera). El rescate se contempla también en DE LOS RÍOS (1966). Por
consiguiente, ERZ se opuso con fuerza. Señalemos que en algún momento
esta empresa vendió temporalmente agua del Lobo a RAA, según señala
TOMEO (1975), reflejando que en 1971 RAA compró a ERZ 35 hm3
(SUSÍN, 1972). No es el único caso dado que, en 1956, un escrito de ERZ
a la Comisaría de Aguas del Ebro ponía de manifiesto la existencia de un
pacto entre la empresa hidroeléctrica y el Sindicato de Riegos del Pantano
de La Peña, donde la primera había aportado 3 010 000 pesetas, pero el
segundo no había regulado el agua para el salto de Marracos mediante su
pantano (CAE, 1979).
Dentro del Plan se puede incluir también la oposición a nuevas concesiones
hidroeléctricas en Yesa, La Peña, La Ralla-Molinaz, que se anunció
en el Boletín Oficial de la Provincia de Huesca, el 22 de septiembre de
1954, que aparece en SUSÍN (1954) y que este repite en Heraldo de Aragón,
del 17 de agosto de 1975. Además, SUSÍN (1962: 25) propone eliminar
y compensar los saltos de pie de presa de El Grado, El Ciego, Arias y
Ariéstolas.
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